Los perros, especialmente aquellos que se dedican a la caza, están sometidos a una gran cantidad de estímulos que pueden producirles estrés. En el siguiente artículo se especifican algunas actividades, juegos y técnicas que pueden emplearse para reducir el estrés de estos animales.
Si un perro de caza que forma parte del equipo cinegético le tiene miedo al ruido de los disparos, puede presentar una serie de conductas que son contraproducentes para lograr los objetivos. No tendrá el arrojo necesario para cumplir con sus tareas y se perderán muchas oportunidades de cobrar presas.
Al emprender las actividades de la caza, los perros son los miembros más dinámicos del equipo. La energía desplegada durante la jornada cinegética demanda que el animal esté en óptimas condiciones para lograr una exitosa cacería.
Nuestro país tiene una enorme diversidad de entornos en los que, por si fuesen pocas las diferencias entre orografía, clima y vegetación, las piezas de caza actúan como ese terreno manda y sus circunstancias imponen.
La caza es una actividad en la que la fauna tiene una importancia trascendental. Pero no solo por los animales que van a poder ser capturados, sino también por el cometido de los perros en estas actividades.
Los amantes del deporte de la caza, o quienes quieran acercarse al mismo, deben asumir como premisa la responsabilidad que implica disfrutar de esta actividad de ocio. Es necesario que los cazadores, y sus acompañantes, asuman la importancia de la seguridad, tanto para ellos, como para el resto de individuos con los que puedan encontrarse en plena naturaleza.
El uso de perros ha cobrado una especial importancia en los últimos años en el mundo de la caza menor para contrarrestar el descenso del número de especies en los cotos y el aumento de cazadores.