La temporada de caza está a la vuelta de la esquina y eso, para quienes practican la caza con galgo, significa una cosa: toca poner a punto al compañero más rápido del campo.
Después del parón estival, es fundamental que el galgo recupere su forma física y mental para enfrentarse con éxito a una nueva campaña.
Igual que los cazadores afinan sus armas y revisan su equipo, también deben preparar al perro para que llegue en plena forma, minimizando el riesgo de lesiones y mejorando su rendimiento. A continuación, te damos algunos consejos esenciales para conseguirlo.
Alimentación: la base de su energía
Durante el verano, muchos galgos reducen su nivel de actividad y, por tanto, sus necesidades nutricionales cambian. Ahora que vuelven los entrenamientos y los días de campo, es momento de adaptar la dieta para que vuelva a estar en forma sin riesgos.
Opta por un pienso de alta calidad, con buen contenido en proteínas animales, y ajusta la ración según el esfuerzo que vaya realizando. Es preferible dividir la comida en dos tomas diarias para facilitar la digestión, y no alimentarlo justo antes o después del ejercicio.
Además, asegúrate de que siempre tenga agua limpia y fresca a su alcance, especialmente en los días más calurosos del inicio de temporada.
Entrenamiento progresivo y constante
El galgo necesita recuperar fondo físico y velocidad, pero hacerlo de golpe puede ser contraproducente. Lo ideal es comenzar con paseos tranquilos y trote suave, aumentando poco a poco la intensidad y la duración de las sesiones. Recuerda que cada perro tiene su ritmo, y forzar demasiado puede causar lesiones musculares o articulares.
Una buena rutina de entrenamiento debería incluir:
- Salidas diarias con tramos de carrera libre controlada.
- Cambios de ritmo, simulando las condiciones reales de la caza.
- Juegos o lanzamientos de señuelos, para reactivar su instinto y reflejos.
Revisión veterinaria y control antiparasitario
Antes de iniciar la temporada, conviene hacer una visita al veterinario para una revisión general: comprobar su estado físico, peso, dentadura, uñas y, sobre todo, asegurarse de que está desparasitado.
Ten especial atención a garrapatas y pulgas, muy frecuentes en zonas de campo. Para reducir el riesgo, puedes usar collares antiparasitarios o productos tópicos, pero también es clave el uso de ropa de protección para ti y complementos específicos para el animal.
Cuida sus patas y protege su descanso
Las patas del galgo son su herramienta principal. Un terreno duro, piedras o espigas pueden provocar heridas o molestias. Revisa sus almohadillas al terminar cada salida y aplica bálsamos regeneradores si lo necesitas. También es importante que disponga de un lugar cómodo y seco para descansar, especialmente tras los entrenamientos más intensos.
Reforzar el vínculo: esencial para cazar en equipo
No todo es físico: la conexión entre cazador y perro marca la diferencia en el campo. Dedica tiempo a trabajar la obediencia, premiar las buenas conductas y fomentar la confianza. Un galgo motivado, seguro y equilibrado psicológicamente será mucho más eficaz y disfrutará más del trabajo.
Preparar a tu galgo para la temporada de caza es un proceso que requiere tiempo, atención y constancia. Una buena alimentación, entrenamiento progresivo, revisiones periódicas y, sobre todo, mucho cariño, son la clave para que rinda al máximo sin poner en riesgo su salud.
Porque la caza con galgo es más que una modalidad: es una relación de respeto y compañerismo entre el cazador y su mejor aliado.