Ir de caza en invierno es una experiencia única, pero requiere tomar ciertas precauciones porque es importante prepararse adecuadamente. Para eso, se ha de prestar mucha atención a la indumentaria, a la protección de los perros ante el frío y a la conservación adecuada de las armas.
El sistema de tres capa
Se inventó en los años 80 del siglo pasado en Noruega. No habría sido posible sin el desarrollo de ciertos textiles sintéticos, los forros polares y los impermeables transpirables. Cada capa tiene una serie de características:
- La constituyen los tejidos térmicos. Así, se aconseja que tanto camisetas como calcetines estén fabricados con estos tejidos. Tiene la ventaja de que absorben la transpiración y alejan la humedad de la piel. Los tejidos que más se utilizan en la actualidad son poliamidas y elastinas.
- Su función es proteger del frío, a la vez que permiten el movimiento. No calientan de una forma directa, sino que retienen la temperatura natural del cuerpo. Lo mejor es emplear fibras naturales, como la lana, o alguno de los extraordinarios tejidos técnicos que hay actualmente en el mercado. Su base suele ser el poliéster.
- Es la encargada de proteger al cuerpo de la humedad exterior. Así, deben ser impermeables y, a la vez, transpirables. Por otro lado, han de proporcionar calidez y abrigo. Son prendas compuestas por dos o más capas y la exterior es una membrana impermeable, generalmente, tratada para repeler el agua.
El tejido GORE-TEX
Está especialmente diseñado para las actividades al aire libre en invierno. La membrana impermeable posee un repelente de agua duradero, sin productos dañinos para el medioambiente. Se puede elegir entre prendas con dos o con tres capas, no son voluminosas y permiten el movimiento.
¿Cómo afecta el frío a los perros de caza?
Si es un perro muy activo y trabajador, sin duda, se sentirá mejor con el frío que con el calor. No obstante, hay que tener en cuenta tanto el tipo de pelo como el tamaño del can.
Lo normal es que el perro posea dos tipos de pelo. El primario es largo y fuerte, y tiene una función protectora. El secundario es más corto y sedoso, y le aísla del frío y de la humedad. Sin embargo, donde más debe preocupar el frío es en la perrera porque, en el exterior, con el ejercicio, no lo notará. Es necesario que sea una zona techada y aislada, con una o varias bombillas de infrarrojos que den calor.
Las armas y el frío
En invierno, pueden endurecerse sus mecanismos, incluso es posible que se bloqueen. Además, también se condensa la humedad que transpiran y, si no se vigila, se convierte en hielo. Lo mejor es guardarlas secas y utilizar armeros con deshumidificadores.
La caza en invierno requiere ciertos cuidados y una equipación adecuada para disfrutar de un día apasionante.