Humanizar a los perros quiere decir atribuirles las mismas cualidades y emociones que a las personas y tratarles como tales. Vestirles, organizarles fiestas de cumpleaños, acostarles en una cuna o incluso ponerles calzado son comportamientos derivados de ello. Esta actitud puede entenderse en la línea de una transformación del concepto de mascota. Esta ha pasado de ser un acompañamiento fiel a, prácticamente, el sustitutivo de un hijo, al que hubiera que cuidar de la misma manera.

¿Es beneficiosa esta forma de proceder? La respuesta es clara: no. Es una mala costumbre de la que hay que huir, más aún cuando se habla de perros de caza.

Humanizar perros perjudica al animal

Domesticación no equivale a humanización. Humanizar perros, de hecho, llega a perjudicarles. ¿Por qué? Se dejan de lado las verdaderas necesidades del animal. Implica tratarles conforme a conductas humanas que resultan completamente ajenas a su especie.

Los perros de caza son animales con su propio instinto. Pensar que sienten de la misma forma que los humanos es algo que puede causarles graves perjuicios.

Por ejemplo, ellos no tienen sentimiento de culpa. Gestionan las emociones, como el miedo o el deseo, de una manera muy distinta. Si se les trata como si fueran personas, se les somete a altos niveles frustración y ansiedad.

¿Son iguales los perros de caza y los domésticos?

En lo relativo a su humanización, los perros de caza y los domésticos son exactamente iguales. Esto quiere decir que tan perjudicial es en unos casos como en otros. A la hora de la verdad, son animales con unas formas similares de entender la realidad, aunque su hábitat natural sea distinto. Esa manera en que perciben su entorno es totalmente diferente a la de las personas.

Además, humanizarles no tiene nada que ver con domesticarles o amaestrarles. Amaestrarles es educarles, enseñarles a seguir unas indicaciones. Por otro lado, humanizarles tiene que ver, por ejemplo, con transportarlos en un carrito de bebé. Hay amos que, incluso, les aplican productos de belleza o les suministran alimentos exclusivamente fabricados para humanos.

Humanizar a los perros cazadores, ¿positivo o negativo?

Otro riesgo pasa por la aplicación de criterios estéticos humanos. Los perros cazadores no requieren de servicios de maquillaje y peluquería. Los primeros pueden ponerles en contacto con sustancias peligrosas. Los segundos tienen un efecto contraproducente para la función termorreguladora de su pelaje. Por lo tanto, humanizarlos es peligroso para ellos.

No es extraño, por tanto, que el experto César Millán considere la humanización un tipo de maltrato. Asimismo, diversas asociaciones de cazadores son críticas con la aprobada Ley de Bienestar Animal. De hecho, esta normativa tiende a interpretar el bienestar en base a parámetros humanos.

En definitiva, humanizar a los perros supone un grave error. Hay que priorizar el bienestar del animal y pensar en sus verdaderas necesidades.

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