Las fugas de los perros de caza ocurren con bastante frecuencia. En una jornada de caza o montería, tanto los cazadores como los perros de caza están expuestos a un amplio abanico de esfuerzos, tensiones y situaciones que pueden provocar accidentes en el hombre o el animal.

En el presente post se analizan los modos de proceder ante cualquier accidente que pueda sufrir el compañero canino en un día de montería. Además de fiel, el perro es un animal ideal para este tipo de prácticas, debido a su imponente olfato e importante capacidad de orientación.

Accidentes de los perros de caza

Durante la jornada, el ayudante está expuesto a un sinfín de riesgos que pueden dañar su salud: desde el tiro de un compañero hasta una fractura de hueso por un mal golpe, así como también riesgos derivados del cansancio excesivo.

Para poder atajar tales situaciones, es necesario conocer una serie de consejos.

Infortunios más habituales

Unas de las molestias más frecuentes para el perro son las lesiones de tipo óseo, que pueden ocurrir al animal debido a traumatismos. Estas requieren casi siempre cirugía, pero se deben tener nociones de primeros auxilios para, inmediatamente, inmovilizar la pata o la mano del animal, sacarlo de la faena y ponerlo lo más rápidamente posible a disposición de un veterinario.

También pueden producirse lesiones musculares por los ejercicios bruscos o excesivos. Las situaciones más extremas acontecen cuando se produce una rotura o un desgarro del músculo del perro. En estos casos, hay que poner hielo en la zona afectada, en la medida de lo posible; y, una vez más, tras estos primeros auxilios, colocar al perro en manos de profesionales.

Pueden producirse situaciones de cansancio que los perros de caza no saben controlar. Un buen cazador debe conocer a sus perros y saber en qué momento su animal ha llegado al límite de su capacidad física, pues, normalmente, esta clase de mascotas no tiene capacidad para discernir los límites. Se debe entonces cambiar de perro.

Terceros implicados en los accidentes

Por supuesto, pueden producirse accidentes en los que otras personas se vean implicadas. Aquí es necesario seguir una serie de pautas:

– Lo primero que hay que hacer pasa por identificar al responsable y tratar de que este asuma su culpa en lo sucedido: informar al organizador del evento y, en su caso, a la Guardia Civil.

– Si no se ha podido identificar al responsable, será la Guardia Civil la que deba levantar un informe, que acompañará a la denuncia.

Antes de todo esto, lo primero es garantizar la seguridad de los perros de caza. Si, desgraciadamente, el perro ha fallecido, es necesario que se ponga en hielo para que se le puedan hacer las pruebas forenses oportunas. Si se encuentra con vida, es preciso realizarle los primeros auxilios que sean necesarios para ponerlo a disposición de un profesional.

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