Dos hitos geológicos determinan el origen de la caza del conejo en España. Por un lado, las últimas glaciaciones propiciaron el desplazamiento del antecesor del conejo común hacia tierras meridionales. Por otro lado, el aislamiento causado por los hielos persistentes en los Pirineos fraguaron la evolución de la especie. La especie del conejo actual es ibérica.

Referencias históricas sobre la caza del conejo en España

En las pinturas rupestres, junto a ciervos, bisontes y liebres, también aparecen conejos. La caza es una de las actividades de subsistencia de la antigüedad.

En el siglo XII, Sancho IV de Navarra elabora la primera normativa y las primeras leyes sobre esta actividad deportiva. Posteriormente, Alfonso X, en las Partidas, también le dedica algunos artículos. Sin embargo, son los diversos fueros territoriales los que proporcionan una mayor información sobre su práctica.

Situación actual del conejo

La situación actual está marcada por la paradoja y la heterogeneidad. La paradoja reside en que mientras unos hablan de extinción en el monte, los agricultores se quejan de plaga con incalculables daños en sus cultivos, agravada por el parón sobrevenido por el estado de alarma por el coronavirus.

La heterogeneidad viene marcada por varios factores: deterioro del hábitat, mala gestión cinegética, enfermedades víricas, etc. La incidencia de estos factores hace que las cifras varíen de un coto a otro aunque estén cerca.

Algunos cuantifican las densidades medias en el centro peninsular de 5 a 6 ejemplares por hectárea, aunque hay cotos con 40 o 60 por hectárea y otros en los que solo se encuentran 1 o 2.

La regulación, de competencia autonómica, debe ser quirúrgica atendiendo a las circunstancias que en cada lugar, incluso coto, existan.

Consejos para cazar conejos

El conejo es astuto, rápido y muy huidizo, corto de vista pero con un oído muy fino. Para conseguir una buena percha, se aconseja una buena perra, como mucho dos. El silencio y la paciencia, junto con las escopetas apropiadas, constituyen el mejor equipo.

Hay que disparar en cuanto se le ve. Mejor dos disparos que uno, ya que si solo se le hiere puede arrastrarse y perderse en su madriguera. También hay que contar que, en ocasiones, finge estar muerto y más de un cazador se lleva una sorpresa.

La elección del arma adecuada es subjetiva. Depende de las condiciones del cazador y del diseño ergonómico de la escopeta. Cualquiera de dos cañones o semiautomática debería valer siempre que no se usen chokes excesivamente cerrados.

Los calibres apropiados son el 12, el 16, el 20 e incluso menores salvo si hay frondosidad de matas, en las que es aconsejable el uso de plomos pesados que puedan romper la maleza.

En definitiva, la caza del conejo es una práctica antigua, tan útil como necesaria y donde cada persona debe encontrar su comodidad para desempeñarla adecuadamente con el equipo apropiado.

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