El cobro es una de las acciones más comunes y, a la vez, importantes de la caza. Supone una facilidad de la que no puede prescindir ningún cazador. 

Pero para que el cobro sea llevado a cabo como es menester, resulta preciso contar con un perro que tenga las aptitudes oportunas para desarrollar este lance como mandan los cánones. 

A continuación, se analizan las características principales de los perros que pueden ser considerados cobradores por antonomasia. 

¿En qué consiste el cobro?

En primer lugar, hay que recodar que el cobro es un proceso que se estructura en tres fases. La primera de ellas es la localización de la pieza abatida. La segunda es el transporte. Por último, destaca la entrega

Cabe señalar que, en el instinto cazador de los perros, el cobro no constituye una costumbre esencial. Sin embargo, los procesos de cría selectiva han acabado por configurar ejemplares especialmente predispuestos para ello. 

La recuperación de la pieza abatida supone, sin duda, la especialidad más buscada en estos canes. 

¿Cuáles son los perros más avezados para el cobro?

Sobre todo, se ha distinguido como los más pertinentes para esta suerte a los labradores. Los retrievers, por su parte, llaman poderosamente la atención por sus capacidades para el cobro. 

Cabe señalar, por otro lado, diversas razas que también han demostrado que se les da bien cumplir con las tres secuencias que caracterizan el cobro, como los spaniels, los pachones y los springers.

¿Qué características ha de tener un perro de cobro?

Básicamente, destacan por sus condiciones atléticas, que combinan potencia y esbeltez. Estos rasgos son observables, por ejemplo, en el labrador retriever. En la línea de la leyenda que emparenta a esta raza con las nutrias, hay que remarcar su habilidad para el nado.

Sumergirse con soltura es fundamental para la recuperación de las piezas que han caído al agua. Su cuerpo, que llega a adquirir una forma cilíndrica en determinados escorzos, se adapta por tanto a las evoluciones más complejas. 

Lo mismo se puede decir acerca de su capacidad para avanzar entre las zarzas. Le resulta sencillo gracias a que aúna ligereza y fuerza. Por otra parte, es imprescindible que no pequen de lo que se conoce como boca dura, ya que pueden echar a perder la pieza con sus mordeduras. 

Por lo que respecta al temperamento de estos perros, los de cobro deben tener un carácter agradecido. Han de disfrutar de lo que significa el momento de llevar la pieza a su dueño para contentarlo. Además, se les puede entrenar a estos efectos. 

Interpretan a la perfección los espacios de búsqueda, en plena coordinación con los tiempos transcurridos entre las detonaciones y los abatimientos. 

En definitiva, una caza en condiciones óptimas requiere de perros de cobro versátiles. 

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