La caza es una actividad que despierta interés en España. Sin embargo, los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación son de 2018, por lo que es casi imposible conocer su evolución en los dos últimos años. Pese a esta falta de información, es posible arrojar una cierta luz sobre el estado del sector.
La situación en España

Una de las muestras más importantes del peso de estas prácticas es la extensión de los terrenos habilitados para ella. El total de hectáreas es de 43 945 027, un 87 % de toda la superficie del país. Hay comunidades autónomas que llegan a poseer un 90 % de su territorio destinado a la caza, como son el caso de Asturias, Navarra o Cataluña.

El territorio se divide de varias formas. Reservas de caza, cotos de diversa índoles (sociales, regionales, municipales, privados, deportivos e intensivos), zonas para caza controlada, refugios y terrenos no cinegéticos o vedados para tal fin. Así, la variedad es suficientemente amplia como para que los entusiastas de esta práctica encuentren su hueco.

De entre todos estos tipos, los mayoritarios son los cotos privados, los cuales suponen un 82 % de todos los terrenos. Este porcentajes expresado en cifras refleja la existencia de 26 951, una cantidad que bien podría haber cambiado en los dos últimos años.

El número de licencias expedidas en el 2018 fue de 769 551 en todo el país, un dato que es posible que se haya reducido sensiblemente en estos años. Hay que tener en cuenta que el número de licencias se encuentra en una tendencia bajista desde hace 25 años. El valor económico de todas ellas fue de 20 646 595 de euros. El mayor número de licencias expedidas se dio en Andalucía con 235 094 y el menor fue de 5940 en el Principado de Asturias. Cabe destacar la existencia de 17 834 licencias interautonómicas.

Por el lado de las capturas, se abatieron un total de 18 185 032 entre presas mayores, menores y aves. Se permitió el abatimiento de más de 23 especies en todo el país, donde destacaron el conejo y el zorzal entre las piezas más cazadas de todas.

En aquel mismo año, siguiendo los datos ofrecidos por el estudio del impacto económico de las actividades cinegéticas elaborado por Deloitte para la Fundación Artemisan, y que no se ha vuelto a repetir, el peso en el PIB fue de un 0,3 % del total. Este porcentaje es el mismo que el que arrojó el vino.

En definitiva, si bien los datos de la caza en 2020 no están disponibles, es posible hacerse una idea de su estado y su importancia gracias a los citados en esta entrada.

Publicaciones Similares