La caza en las Islas Baleares cuenta con sus peculiaridades propias. Las islas ofrecen un paisaje único en el que practicar las artes cinegéticas. Sin duda, sus amantes disfrutarás recorriendo los parajes de Mallorca y buscando alguna de las especies de caza, sea de rango mayor o menor.
Las claves de la caza en Islas Baleares
La isla de Mallorca es la que más territorio ofrece para las prácticas cinegéticas. De hecho, en el 77 % de todo su territorio es posible cazar en diferentes cotos privados. En el conjunto de las islas es posible abatir un total de 26 especies, donde destacan por encima de todas las aves. Así, las presas menores son las más abundantes y apreciadas de las islas, por lo que se ha desarrollado una amplia tradición cinegética a su alrededor.
De entre todas las especies animales, el conejo, el tordo y la perdiz son las tres más disputadas al ser muy abundantes. Sin embargo, las liebres, faisanes, palomas torcaces y salvajes, tórtolas comunes y turcas, becadas, estorninos comunes, zorzales alirrojos, charlos y reales y diversas aves acuáticas, uno de los grandes atractivos que presentan las islas.
Además, existe la posibilidad de abatir presas únicas como cabra salvaje mallorquina. La variedad de presas es buena muestra de la biodiversidad de las islas y de la historia de estas, que queda reflejada en la introducción en el pasado animales no autóctonos.
En total, existen 1466 cotos de caza y más de 27000 licencias expedidas en las islas, lo que demuestra el aprecio por las artes cinegéticas. Además, la mayoría de cotos son de carácter privado y son utilizados por diversas asociaciones de las islas.
En cuanto a las técnicas y métodos, existen diversas prácticas tradicionales, como la cetrería en la que se usan aves de presas para abatir a determinados objetivos. La caza del tordo con hilados, caza con perras ibicencas, la de la perdiz con reclamo y presillas y la de cabritos con perros y lazo son algunos de los ejemplos más destacados de prácticas cinegéticas consideradas tradicionales en las islas.
Para realizar todas estas actividades es necesario tener en cuenta determinadas prohibiciones, las cuales buscan evitar incidentes e incentivar que las prácticas se desarrollen con total calma. Así, no es posible cazar de noche, cerca de faros, a 100 metros de núcleos habitados, edificios habitables, edificios ganaderos o agrarios en uso o en la zona húmeda y en las salinas de Les Trenc-Salobrar de Mallorca.
En definitiva, la caza en las Islas Baleares ofrece grandes oportunidades, algunas de ellas únicas, para todos los amantes de estas prácticas. Además, la presencia de unos paisajes asombrosos y la cercanía del mar, no hay mejor escenario en el que desarrollar una jornada cinegética.