Desde la Edad Media, la caza en Andalucía ha sido una actividad muy apreciada. Pero su transformación progresiva en un deporte al alcance de muchos y la aparición de los cotos de caza han hecho variar los conceptos relacionados con la actividad cinegética.
La caza también es cosa de mLa caza en Andalucía
En todas las épocas, esta región ha tenido una riqueza de fauna que la hace ser una zona de intensa actividad cinegética. A continuación se explican algunas particularidades.
Historia
La cacería, en sus albores, era una actividad que proveía el sustento básico o una actividad económica complementaria, habiendo variado a lo largo del tiempo. En Andalucía existe un gran auge de la cacería como actividad deportiva, recordándose como el periodo de oro de esta actividad entre 1870 y 1920.
Por otra parte, la cantidad de licencias expedidas en España desde 1950 se ha multiplicado varias veces, aportando las correspondientes a la comunidad andaluza aproximadamente el 20 %.
Tipos
La caza mayor se desarrolla principalmente en las sierras de Jaén y Córdoba, y las especies más codiciadas son jabalí, muflón, ciervo, corzo y gamo. Sus modalidades son el rececho, con aproximación al animal sin que aviste al cazador, y la montería, cuando los batidores ahuyentan a los animales hacia los cazadores.
Entre las especies cinegéticas de caza menor las más apetecidas suelen ser la liebre y el conejo, así como aves como la perdiz y la codorniz. Esta variedad se practica en toda la región, bajo las modalidades de en mano, ojeo, al paso, reclamo y salto con perro.
Cotos
Esta es la clasificación de los espacios cinegéticos en Andalucía:
– Áreas cinegéticas: son unidades que albergan especies representativas y que son homogéneas en sus características ambientales. Existen 23, definidas en el Plan Andaluz deCaza.
– Cotos privados: son territorios reservados al aprovechamiento cinegético de sus propietarios.
– Cotos deportivos: son iguales a los cotos privados, pero los titulares son entidades deportivas federadas.
– Cotos intensivos: aquellos cuya población de presas depende de repoblamientos o de liberaciones periódicas.
– Reservas andaluzas: tienen como finalidad la conservación de los hábitats con el fin de favorecer el desarrollo de poblaciones cinegéticas.
Personalidades y curiosidades
En otros tiempos, algunos estudiosos de la naturaleza y cazadores alabaron las condiciones de la caza en España y particularmente en Andalucía. En concreto, los ingleses Abel Chapman y Walter J. Buck publicaron La España agreste en 1893 y La España inexplorada en 1910.
En la actualidad hay que fijarse en cazadores como Juan Abelló. Con decenas de trofeos, entre los que destacan jabalíes, corzos y venados, es poseedor de fincas como Navalcaballo, en Jaén. Por su parte, Carlos March de la Lastra es poseedor de la finca Altarejos, en Sevilla, y otro gran cazador español.
Como puede apreciarse, Andalucía y la caza son dos conceptos que van asociados de múltiples maneras.