Al emprender las actividades de la caza, los perros son los miembros más dinámicos del equipo. La energía desplegada durante la jornada cinegética demanda que el animal esté en óptimas condiciones para lograr una exitosa cacería.
Un perro bien cuidado
Un animal que haya recibido las atenciones necesarias lucirá una piel brillante, se mantendrá en alerta y estará siempre dispuesto a entrar en actividad. A continuación, algunas recomendaciones.
Alimentación
El pienso a seleccionar depende de muchas circunstancias. Los perros en crecimiento necesitan alimentos que aporten energía, proteínas, minerales y vitaminas, para lograr un buen sistema musculoesquelético en el adulto.
Para un perro ya crecido, el suministro energético dependerá de otros factores:
– El clima: si es frío, requerirá más calorías. En estos casos, el perro de pelo corto dispersa más calor, por lo que la necesidad es mayor que en los de pelo largo. Por ejemplo, un animal mediano, de unos 20 kg, en un clima de unos 20 a 25 grados centígrados, necesitará aproximadamente 1500 kcal al día.
– La actividad: fuera de temporada de cacería, el gasto energético es menor, por lo que el aporte calórico del alimento puede ser inferior al que se suministra períodos de actividad, cuando requerirá un 10 % más por cada hora de trabajo. La selección, entonces, debe ser de piensos de alta energía.
Cuidado veterinario de los perros
El animal estará expuesto a viajes y al contacto con otros animales y trabajará en descampado. Por ello es necesario tomar precauciones.
Es indispensable mantener sus esquemas de vacunación actualizados, lo que incluye mal de rabia, parvovirosis, hepatitis y moquillo. También es necesario desparasitar al perro periódicamente para evitar enfermedades como la hidatidosis.
La revisión periódica por el veterinario es conveniente para controlar el peso y revisar la dentadura. Examinar la piel es particularmente importante para eliminar ectoparásitos como pulgas y garrapatas y descartar sarna, tiñas o leishmaniosis.
Educación
El perro dedicado a la cinegética, cualquiera sea su raza y su rol, es resultado de cruces cuidadosamente desarrollados para reforzar ciertas características.
El adiestramiento del cachorro se da en etapas que buscan sacar provecho a sus instintos:
– Las primeras ocho semanas son la fase de impregnación, cuando se establecen lazos afectivos, jerarquías y normas básicas de comportamiento. Se inicia el desarrollo de los instintos de cobro y persecución
– La segunda etapa va desde la novena semana al quinto mes. Aquí se potencian sus instintos de cazador y se inicia el proceso de socialización.
– En las etapas finales se persigue que obedezca los diferentes comandos que se utilizarán en las jornadas de caza.
El tándem que conforman el hombre y el perro ha existido desde tiempos inmemoriales. En la actualidad se ha desarrollado y sofisticado para lograr la máxima eficiencia en la caza.