Nos mueve la ilusión por estos esperados lances conejeros, estamos deseosos de lograr buenas perchas, y eso, de la mano del calor, propiciará que en muchas ocasiones no realicemos una buena dinámica de tiro.

1 Corriendo bajo las brozas

Un lance frecuente y complicado que requiere que nos sepamos situar muy bien. Solemos quedarnos quietos en cuanto el conejo sale casi pisado entre las brozas y acabamos disparando con precipitación y casi siempre muy cerca. La solución no suele estar en los cartuchos dispersantes, ni en los chokes abiertos, ni en el perdigón fino, sino en mejorar nuestra posición. Hay que acostumbrarse, y ser conscientes, de que pecamos de inmovilismo en muchas acciones de caza, y al igual que en un puesto de tórtolas o de zorzales hay que estar dispuesto a mover un pie de su sitio para mejorar nuestro giro y tirar bien, en la caza del conejo ocurre igual. Si vemos que la trayectoria que lleva es complicada desde nuestra posición, debemos movernos rápido buscando un ángulo que mejore el seguimiento de la trayectoria, adelantando acorde a ello. En los campos de broza suele pasar esto, el conejo salta cerca, y dejamos de verlo en apenas dos segundos, desde donde estamos no controlamos por dónde va y disparamos a ver qué pasa. Uno, dos pasos rápidos hacia un lado y buscar un punto adelantado con menos matas, o un pasillo, un pequeño claro, y esperar que el conejo pase, adelantando entonces muy rápido y disparamos. No funciona siempre, pero sí en muchos casos.

2 En lo limpio

Este lance es el típico en el que muchas veces acertamos, y otras acabamos desconcertados, jurando en varios idiomas, sin creernos que el conejo se marcha y nosotros hemos descargado ya la escopeta en un tiradero donde parecía imposible fallar ese lance. Aquí influye muchísimo lo comentado anteriormente: nos precipitamos, encaramos mal asomándonos mucho y solemos quedarnos mirando al conejo pero sin darnos cuenta de que nuestro cerebro se enfoca en seguir la señal de su rabillo blanco en lugar de sus orejas, por lo que al disparar, muchas veces el disparo va dirigido justo al lugar donde el conejo ya ha pasado décimas de segundo antes, quedando trasero. Para gestionar mejor estos lances tan sencillos de resolver cuando estamos haciendo las cosas como se debe, no hay otra que frenarse y no tirar de saque, ni encarar en cuanto el conejo salta cerca, sino que debemos dejarlo ir, en guardia media, y ver cómo se aleja para tomar bien la trayectoria y valorar si se va a poder cruzar con un obstáculo. En cuanto se distancia unos veinte metros encaramos y tapamos o pasamos según pida el ángulo y trayectoria, y disparamos; en la mayoría de los casos el conejo rueda con el primer disparo.

3 Subiendo

Lance típico en muchas zonas de cañadas, laderitas, cerros, bancales, etc. Es frecuente que el conejo que sale de los bajos del terreno, tienda a escurrirse cuesta arriba, a una velocidad no muy elevada, pero que engaña porque el conejo va corriendo muy cerca del suelo. En estos lances, y según estemos situados, se suele fallar muchas veces por disparos traseros. Y es que la naturaleza nos puede y, al igual que en el ejemplo antes comentado, inconscientemente nos vamos fijando en la colita del conejo, ahí va centrada nuestra mirada, y cuando encaramos, si no corregimos, el disparo suele ir trasero, de ahí que muchos conejos se abaten al ser alcanzados en los cuartos traseros, cuando estos lances piden disparos centrados que alcancen de lleno al conejo, incluso algo más en la parte delantera. En estos lances tienen cierta ventaja quienes ven banda al encarar, ya que esa parte de banda que vemos actúa como correctora ante disparos traseros, y abatimos mejor. En cualquier caso, hay que apostar por disparos reflexivos y que vayan dirigidos hacia un poquito más alto que las orejas del conejo, pues de esa forma sí ‘recogemos’ al rabicorto con el plomeo. Y si el lance es algo lejano y estamos por debajo, el adelanto ha de ser gradual y buscar ganar un poco más de distancia por encima/delante, para alcanzar de lleno a la pieza.

Texto: M. Soler / Foto: A. A. -Á.

Fuente:

www.elcotodecaza.com

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