Hay tres formas clásicas de dar caza a un jabali. Corresponden a tres estilos fuertemente marcados, propios de tres personalidades contrapuestas. El acecho requiere paciencia, resistencia al clima y una mentalidad de hierro para no moverse del sitio. La caza con perro exige energía y resistencia física. Y el rececho es para los más astutos, persistentes y creativos.
Julio nos pilla con las siembras ya segadas o con ellas a punto de segar, por lo que las esperas al j
Sin embargo, siempre hay una serie de consejos de utilidad para cualquier tipo de cazador. Emplee el estilo que emplee.
Consejos para la caza del jabalí
Los perros son el principal elemento en la caza de montería, los que tienen que encontrar y acosar a la presa, marcando el camino del cazador. Por eso, elegir la raza adecuada es tan importante.
Para que trabaje correctamente, el perro debe reunir una serie de cualidades. Debe tener ganas de cazar, energía y ansiedad por buscar la presa. Tesón para no cansarse y valentía para no echarse atrás. Las razas que, por naturaleza, mejor encarnan estas cualidades, suelen ser los podencos o el mastín.
Los primeros son los más típicos en Andalucía. Son los perros idóneos con los que encontrar y levantar una presa. El mastín, por su parte, tiene un tamaño que lo hace apropiado en valentía y agarre. Pero, en ocasiones, ese tamaño puede también jugar en su contra. Una medida inteligente es ir con ambas razas en la rehala.
El primer tiro que se hace sobre un jabalí es siempre el más importante. Aquí no solo influye la puntería del cazador, sino que también tiene que ver el tipo de cartucho que vaya a emplear. A este respecto, dependerá mucho de la preferencia por una marca u otra, así como de los modelos que se vendan, en ese momento, en el mercado.
Sin embargo, sí que hay una serie de características que tienen que tener las balas. En montería, se dispara a, como mínimo, veinte metros de la presa. Aparte, el animal está en movimiento, por lo que los tiros no van a estar bien colocados de entrada. La propiedad necesaria de la bala es que sea lo más dura posible.
Al estar en movimiento, no se puede calcular con exactitud la zona de impacto. Es fundamental provocar una herida profunda que le impida escapar. Si la bala impacta en zonas poco dañinas, como en las nalgas, hay que asegurarse de quebrar algún hueso. Aparte, con la excitación del impacto y ruido, el animal entrará en shock y tratará de huir desesperadamente. Es necesario afectar lo más profundamente posible, para que, en caso de fuga, no sea capaz de llegar muy lejos.
Finalmente, elegir el sitio es el otro gran punto. Hay que entender y conocer por dónde van a escapar los jabalíes para estar preparados y cortar su salida.